Cuando estamos aprendiendo sobre investigación de la experiencia de usuario, a menudo tenemos dudas sobre qué método utilizar en cada ocasión. Hay varias formas de decidirlo, pero sabiendo el tipo de datos necesarios (cuantitativos o cualitativos) y si necesitamos investigar opiniones o comportamientos, podemos tener una idea bastante clara sobre qué tipo de método utilizar.
Este esquema de Christian Rohrer es una excelente herramienta cuando no tenemos claro que sistema de investigación UX utilizar.
¿Cuantitativo o cualitativo?
Los métodos cuantitativos nos dan respuestas numéricas: ¿Cuántos usuarios logran completar la tarea? ¿En cuánto tiempo se alcanza el objetivo? ¿Cuánto mejora la conversión?
Los métodos cualitativos persiguen alcanzar «insights»: observaciones que ayudan a comprender mejor una situación. Un ejemplo: en un ecommerce, teníamos un criterio de ordenación de productos con «precios descendentes» y se descubre que eso añade fricción a los usuarios que no están buscando los productos más caros. Una manera de solucionarlo es cambiar el criterio de ordenación por «más populares primero». Una solución sencilla, pero sin investigación cualitativa, no hubiéramos reparado en este problema.
Un análisis de los datos de un método cuantitativo es un análisis estadístico; mientras que en los métodos cualitativos, el análisis de resultados suele ser más bien una recopilación de observaciones relevantes. Por esto, los métodos cualitativos se usan par responder «porqués» y los cuantitativos acerca de eficacia, eficiencia, etc
Actitudes vs comportamientos
Es normal no hacer lo que decimos que haremos una vez estamos frente a la situación que nos imaginabamos.
Es por esto que necesitamos saber si nuestro método mide opiniones, comportamientos, o ambas cosas.
Aunque tradicionalmente los tests de usabilidad miden el comportamiento, el hacer hablar a los usuarios (thinking aloud) nos ayuda a encontrar inconsistencias. Pero las pruebas que miden actitudes (lo que el usuario opina) también pueden ser de gran utilidad. Por ejemplo, los card sorting ayudan a comprender cómo se clasifican y nombran diferentes elementos puede ser de gran utilidad para organizar menús de navegación.
Por otra parte, los métodos completamente centrados en el comportamiento son tremendamente útiles. Por ejemplo, los tests A/B, además de para mejorar la conversión, pueden ser muy útiles para mejoras de usabilidad.
También hay métodos que pueden sacar resultados en ambas vertientes: Por ejemplo, una observación de campo puede darnos información acerca de lo que dicen las personas objeto del estudio, pero también acerca de lo que hacen.